Santo Domingo. — La madrugada de este lunes la oscuridad volvió a reinar en el Aeropuerto Internacional de Las Américas (AILA), cuando a las 2:00 a. m. un corte programado dejó sin electricidad varias áreas del terminal durante el cambio de un generador, apenas horas después del caos vivido por un prolongado apagón de casi nueve horas el domingo.
Aunque Aerodom aseguró que las operaciones se encuentran “completamente normalizadas”, los pasajeros vivieron momentos de confusión y angustia, temiendo un nuevo colapso como el del día anterior.

El apagón del domingo se originó a las 9:18 de la mañana por una avería en una seccionadora interna del aeropuerto, que dejó sin electricidad el edificio terminal.
Durante horas, servicios básicos como migración, aduanas y manejo de equipajes quedaron paralizados, mientras que las mangas de conexión no funcionaban y decenas de vuelos fueron cancelados, desviados o retrasados, obligando a cientos de pasajeros a embarcar bajo el sol en condiciones precarias.
La energía eléctrica fue restablecida en su totalidad pasada las 6:00 de la tarde, pero la avería provocó un efecto dominó que golpeó la imagen del principal aeropuerto del país y puso en entredicho la efectividad de los sistemas de respaldo.
Ante la gravedad de la situación, el Departamento Aeroportuario solicitó un informe oficial a Aerodom para esclarecer las causas del fallo, evaluar los protocolos aplicados y establecer responsabilidades, con el fin de evitar que un evento de este tipo vuelva a repetirse.
Aerodom, por su parte, insistió en que el apagón dominical no estuvo relacionado con la red eléctrica nacional y que los sistemas de respaldo funcionaron, aunque quedó en evidencia la vulnerabilidad de los servicios internos.
En cuanto al corte de la madrugada del lunes, la empresa lo describió como “programado”, realizado para permitir el cambio de un generador, asegurando que esta vez los vuelos se mantuvieron sin alteraciones en sus horarios.
Sin embargo, el malestar crece entre los viajeros y la opinión pública: ¿cómo es posible que un aeropuerto internacional registre dos apagones en menos de 24 horas? ¿Qué tan confiables son sus equipos técnicos y de respaldo? Y lo que muchos se preguntan ahora: ¿quién responderá por los retrasos, los perjuicios y la pérdida de confianza en una terminal que mueve a miles de pasajeros a diario?



