Puerto Príncipe, Haití – La crisis en Haití alcanza nuevos niveles de gravedad, con un aumento alarmante de la violencia, la inestabilidad política y la precariedad económica que afecta a millones de haitianos.
La situación ha provocado un éxodo masivo de ciudadanos y ha puesto en alerta a la comunidad internacional.
Desde principios de año, el país ha sido escenario de enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas gubernamentales. Según datos de organizaciones humanitarias, más del 70% del territorio está bajo el control de pandillas, dejando a miles de familias atrapadas en zonas de alto riesgo.
“La población vive un estado de desesperación. La falta de acceso a alimentos, agua potable y atención médica está llevando a una crisis humanitaria sin precedentes”, aseguró un portavoz de Naciones Unidas.
En paralelo, el colapso del sistema judicial y las divisiones internas del gobierno han obstaculizado cualquier solución política. Mientras tanto, los países vecinos, como República Dominicana, han reforzado sus fronteras para gestionar el flujo migratorio, que no cesa de aumentar.
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Factores clave de la crisis:
- Desigualdad económica: Más del 60% de la población vive por debajo del umbral de pobreza.
- Pandillas armadas: Controlan zonas estratégicas, dificultando el tránsito y acceso a bienes básicos.
- Éxodo migratorio: Miles huyen hacia países de la región en busca de seguridad.
Mientras el futuro del país sigue siendo incierto, expertos señalan que el éxito de cualquier intervención dependerá de una estrategia integral que combine seguridad, desarrollo económico y fortalecimiento institucional.