Frenar la hepatitis C es un objetivo mundial que, sin embargo, no avanza demasiado rápido, aunque en países, como por ejemplo España, los logros contra esta enfermedad son muy destacados.
Saber que se está infectado, sin embargo, tampoco equivale a estar en tratamiento.
Diez años después de la aparición de los antivirales de acción directa que eliminan el virus del organismo, solo en torno al 62 % (9,4 millones) de las personas diagnosticadas reciben este tipo de medicamentos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha marcado como meta que la hepatitis viral deje de ser una amenaza para la salud pública en 2030, pero el objetivo está lejos de cumplirse.
Solo Egipto ha anunciado que alcanzará el objetivo de tener diagnosticado para ese año al 90 por ciento de la población y al menos al 80 por ciento en tratamiento.
La transformación de Egipto, que ha pasado de ser uno de los puntos calientes del mundo en VHC a anunciar que está en camino de eliminar completamente la enfermedad proporciona esperanza, como también la da el caso de España, que es el país del mundo con mayor cobertura en administración de antivirales a personas que se inyectan drogas.
De hecho, España está a un paso de cumplir los objetivos de la OMS respecto a la hepatitis C, que tuvo al alcance de la mano antes de la pandemia. Actualmente, quedan solo unas 20.000 personas por tratar y curar, y la previsión es que si se implanta un sistema de cribado por edad en todas las comunidades autónomas y en los colectivos de riesgo desaparezca este problema de salud pública en apenas un año o dos.
Frenar la hepatitis C en España está siendo una realidad.
Pero a nivel global queda un gran camino por recorrer. Cómo avanzar hacia el cumplimiento de ese objetivo ha sido el eje de la XI Conferencia Internacional sobre Salud y Hepatitis en Usuarios de Sustancias (INHSU 2023) celebrada en Ginebra esta semana, en la que han participado unos 700 expertos, proveedores de atención médica, investigadores y responsables políticos y consumidores de drogas. El 40 por ciento de este colectivo está afectado con el virus.
Un acceso desigual a los medicamentos
De entre los cientos de estudios presentados en INHSU 2023, se encuentra el que se publicará a finales de este año en “The Lancet Gastroenterology & Hepatology” que pone negro sobre blanco la desigualdad en el acceso a los medicamentos antivirales, con datos de 160 países.
A pesar de que los antivirales de acción directa están registrados en el 87 por ciento de los países de bajos y medianos ingresos, solo la mitad de ellos subvencionaron estos medicamentos para hacerlos asequibles a las personas afectadas.
Y entre los países que no los proporcionan se encuentran Nigeria y Etiopía, que ocupan las posiciones 7 y 13 a nivel mundial en cuanto a número de afectados, lamenta el coautor del estudio Jason Grebely, del Instituto Kirby, en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia.
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