Uno de los días más lluviosos de Nueva York en décadas dejó el área metropolitana atónita y anegada el viernes después de que las intensas lluvias interrumpieran el servicio en varias líneas del subterráneo y trenes en los alrededores, conductores quedaran varados en las autopistas, sótanos fueran inundados y cerraran durante horas una terminal del Aeropuerto Internacional de La Guardia.
Al menos unas 8.65 pulgadas (21.97 centímetros) de precipitaciones habían caído en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy para el anochecer del viernes, superando el récord para cualquier día de septiembre, una marca establecida durante el huracán Donna en 1960, informó Servicio Meteorológico Nacional.
Algunas zonas de Brooklyn reportaron más de 7.25 pulgadas (18.41 centímetros), con al menos un sitio acumulando 2.5 pulgadas (6 centímetros) en una hora, según autoridades meteorológicas y municipales. Mientras se espera más lluvia este sábado.
El diluvio ocurrió dos años después de que el huracán Ida trajera precipitaciones récord en el noreste y provocara la muerte de 13 personas en la ciudad de Nueva York, principalmente en apartamentos ubicados en sótanos que quedaron inundados. Aunque hasta ahora no se han reportado víctimas mortales ni lesionados, la tormenta del viernes removió recuerdos aterradores.
Las autoridades municipales informaron que el viernes recibieron al menos seis reportes de apartamentos en sótanos inundados, pero los residentes salieron ilesos.
La gobernadora Kathy Hochul y el alcalde Eric Adams declararon estado de emergencia y pidieron a la población permanecer en casa de ser posible, pero las escuelas estaban abiertas y muchos alumnos fueron a clases. Los adultos tuvieron que ir a trabajar, solo para después hallarse sin saber cómo regresar a sus hogares.
Casi todas las líneas del metro estaban o suspendidas, fueron desviadas o retrasadas. El servicio de trenes Metro-North, desde Manhattan, fue suspendido durante gran parte del día.
La línea de ferrocarril de Long Island quedó bloqueada, 44 de los 3,500 autobuses de la ciudad quedaron varados y el servicio de buses se interrumpió en toda la ciudad, señalaron las autoridades de tránsito.
“Cuando detiene los buses, sabes que es malo”, aseguró el estudiante de secundaria en Brooklyn, Malachi Clark, luego de que intentó llegar a casa en autobús, después en metro.
El tráfico se paralizó a primera hora del día en un tramo de la FDR Drive, una de las principales arterias de la zona este de Manhattan. Con el agua por encima de las llantas, algunos conductores abandonaron sus vehículos.
A eso de las 11 de la mañana, Priscilla Fontallio contó que pasó tres horas en su auto en una parte de la autopista que no estaba inundada pero donde el tráfico no estaba moviéndose.
“Nunca había visto algo así en mi vida”, aseguró.
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