En un artículo escrito para The Conversation, Adam Taylor, profesor de anatomía en la Universidad de Lancaster (Reino Unido), explora los potenciales riesgos que tiene para la salud el consumo de una peligrosa sustancia química que se ofrece como un producto milagroso.
Se trata del dióxido de cloro, que se comercializa en línea con los nombres de ‘oxígeno aeróbico’ o ‘solución mineral milagrosa’ y que, según sus promotores, previene o cura diversas enfermedades y cánceres, así como el coronavirus. Sin embargo, estas soluciones contienen una alta concentración de clorito de sodio, que es utilizado como blanqueador y desinfectante de textiles.
Consecuencias para la salud
Taylor explica que la ingesta de este compuesto puede provocar metahemoglobinemia, un trastorno en el que los glóbulos rojos no pueden transportar oxígeno eficazmente, provocando hipoxia tisular.
Además, puede ocasionar hemólisis (desintegración de los glóbulos rojos), seguida de insuficiencia renal y la muerte. A pesar de que la boca y el esófago están protegidos por múltiples capas celulares, el estómago y los intestinos son más vulnerables a este químico, lo que hace que los daños que sufren sean más graves.
Debido a esto, cuando una persona ingiere dióxido de cloro experimenta síntomas como náuseas vómito, dolor abdominal y diarrea. En situaciones extremas, esta sustancia puede dañar gravemente la mucosa intestinal hasta causar una perforación, lo que constituye una emergencia médica potencialmente mortal.
Más daños al cuerpo
Aunque los vendedores del dióxido de cloro aseguran que es seguro usarlo, Taylor advierte que no solo puede causar problemas en el sistema digestivo, sino también en el sistema cardiovascular. Los riesgos incluyen accidentes cerebrovasculares, presión arterial baja y desmayos.
También provoca afecciones respiratorias, al ser un químico irritante. Taylor subraya que su inhalación puede inflamar la nariz, la garganta, los pulmones y, en casos graves, causar dificultad respiratoria. Asimismo, menciona que varios estudios han demostrado que esta sustancia puede dañar el sistema nervioso, la tiroides, los riñones y la piel.
“No hay evidencia de que beberlo cure ninguna enfermedad”, indica Taylor, quien enfatiza que existe evidencia de que el dióxido de carbono no tiene ningún beneficio para el cuerpo, sino que es “perjudicial o incluso mortal”. “Si le tienta un producto que promete milagros con un lenguaje científico y cero regulaciones, dé un paso atrás”, agregó.
Fuente RT
