Yocheved Lifshitz, de 85 años, una de las dos ancianas israelíes liberadas este lunes por el movimiento Hamás, dijo que ella y otros rehenes estuvieron retenidos en una “red” de túneles subterráneos, informa The Israel Times.
“Pasé por un infierno que nunca pudimos imaginar. Estaban arrasando el kibutz (comuna agrícola israelí)”, dijo Lifshitz, quien ridiculizó la costosa valla fronteriza de Israel, que —dijo— “no sirvió de nada” ante el asalto del grupo.
“Me llevaron con las piernas a un lado y la cabeza en el otro” de la motocicleta, recordó la mujer detalles de su secuestro, destacando que le quitaron todas las joyas. Según explicó, en el camino la golpearon con palos, lo que le causó “fuertes dolores” y “le dificultaba respirar”. También dijo que, una vez capturada, tuvo que pasar por una red de túneles, tras lo cual terminó en un pasillo donde había otros 25 rehenes.
“Nos dijeron que creían en el Corán y que no nos harían daño, que nos proporcionarían las mismas condiciones que en los túneles”, dijo Lifshitz, que relató cómo después de otras 2 o 3 horas ella y otros cuatro rehenes fueron llevados a una habitación separada.
La mujer destacó que periódicamente eran “visitados por un médico” que les proporcionaba medicamentos. Lifshitz subrayó que la actitud hacia ellos era “buena”, y que los secuestradores se aseguraron de que las condiciones fueran sanitarias. “Ellos limpiaban los servicios, no nosotros”, dijo. Y aclaró: “tenían miedo de contagiarse”.
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